El yoga lejos de ser una moda pasajera es una tradicional disciplina física y mental que surgió en la India.
Sobre su origen no existe un consenso, pero algunos investigadores afirman que las primeras formas de yoga se dieron antes del año 10.000 a.C., ya que se encontraron estatuas antiguas que recordaban a la posición de la meditación que empleaban sus practicantes.
Lo qué si sabemos es que todos los estilos que conocemos hoy día: Hatha, Vinyasa, Ashtanga, Iyengar, Nidra, Kundalini, etc. provienen de un mismo texto llamado Yoga Sutra escrito por Patanjali en el siglo III a.C.
Tras estos apuntes históricos podemos decir que es una práctica milenaria que cuenta con millones de seguidores en todo el mundo y que no deja de sumar adeptos.
Y si hay una regla que normalmente se cumple en todos los ámbitos de la vida es que: si algo es bueno, por norma general la gente lo busca, lo consume, lo practica. Con esto quiero decir que, si el yoga ha evolucionado y permanecido vivo durante tantos siglos y tiene tantos seguidores por algo será.
Las razones de su fama e inmortalidad son, sin duda alguna, los innumerables beneficios internos y externos que nos aporta. Beneficios rápidos y notables desde las primeras semanas de práctica.
Las clases de yoga te permiten conectar contigo mismo, te enseñan a escuchar tu cuerpo, a respetarlo y observarlo sin juzgar. Nos muestran cómo potenciar la capacidad de estar presentes en nuestro día a día, trabajando la plena conciencia y no siendo autómatas movidos por hábitos y rutinas. Nos ayudan a valorar y a prestar la atención que se merece a cada detalle, disfrutando así enormemente del simple hecho de vivir.
A continuación, te indicamos algunos de los beneficios más importantes que esta disciplina puede aportar a nuestra vida:
- Reduce la ansiedad y el estrés. Nos ayuda a trabajar en nuestra paz interior.
- Mejora el rendimiento mental y la atención. Favorece el desarrollo de la conciencia.
- Aumenta la calidad del sueño.
- Facilita la regulación del sistema nervioso-endocrino.
- Quema calorías y reduce el colesterol. Colabora en el control del peso y el acondicionamiento cardiovascular.
- Aumenta la flexibilidad y la resistencia.
- Fortalece huesos y músculos.
- Alivia dolores crónicos y posturales.
- Es una excelente terapia antiedad.
- Mejora la circulación.
- Nos enseña a respirar bien y de forma consciente.
Después de todo esto si no lo practicas deberías animarte a probarlo. Cualquiera lo puede hacer, da igual la edad o condición física que tenga.
No digas eso no es para mí sin haberlo probado antes, créate tu propia opinión y conviértete en uno más de sus seguidores.
Venga, ¿Cuándo empezamos?